JESUS Y EL DIVORCIO MATEO 5:31-32
El
divorcio es el rompimiento del diseño divino del matrimonio, representa una
traición ante Dios, sea cual sea la situación por la que ocurra un divorcio en
una pareja es por la dureza del corazón del hombre, porque el matrimonio es la
unión sagrada del hombre y de la mujer para toda la vida y que nada ni nadie la
pueda romper. Como nos declara Mateo 19:6. Así que no son ya más dos, sino una
sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.
Esta
ruptura se opone a los planes de Dios por lo cual no debe ser una opción cuando
haya problemas de cualquier índole en parejas. Perdonar, restaurar,
reconciliación deben ser las primeras opciones.
Jesús
nos habla de que solo cuando exista la infidelidad puede haber divorcio,
debemos tomar con pinzas esta parte ya que debes considerar los factores que te
llevaron a ser traicionado, el infiel tiene ya su recompensa, pero el
traicionado debe meditar en que fallo porque un divorcio se provoca por el
error de dos y no de uno.
La
palabra repudiar significa despedir o rechazar; Dios castiga el desechar a una
mujer por cualquier causa injustificada ya que quedarían expuestos a la maldad
de satanás en disponerlos a ambos al adulterio, ósea ambos estarían en doble
pecado el del divorcio y del adulterio.
todo
esto con el tiempo se ha corrompido, usan deliberadamente el divorcio como si
fuera cualquier cosa, el orgullo del hombre es tan grande que no piensan en
oportunidades, ni en restauración, se han vuelto tan egoístas que solo piensan
en su propio bienestar llenándose de excusas y buscando culpables para librarse
y según tener libertad para volver a empezar sin saber que toda decisión tiene
sus consecuencias y que Dios no dejara sin castigo todo acto de mal corazón,
también para evitar el divorcio viven en parejas sin casarse ignorando que
viven en fornicación y por consiguiente viven en pecado. Recordemos lo que nos
dice Galatas 6:7 No os engañéis; Dios no
puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
Lamentablemente
en la actualidad existen más divorcios que matrimonios y estos son
consecuencias por muchos factores como: la inmadurez de las parejas al casarse
muy jóvenes, el querer seguir siendo independiente en el matrimonio y que solo
buscan sus complacencias y no el de la familia llevándolos a ser egoístas, el
feminismo donde la mujer se cree autosuficiente y no quiere someterse a su
esposo que es la cabeza del hogar ignorando que Dios constituyo a la mujer como
la edificadora del hogar, es decir la responsable de su hogar, y así muchos factores más que están destruyendo la figura del matrimonio.
Dios
no aprueba el divorcio él lo condena como un pecado grave así lo declara
Malaquias 2:16 ¡Pues yo odio el divorcio! dice el Señor, Dios de Israel.
Divorciarte de tu esposa es abrumarla de crueldad dice el Señor de los
Ejércitos Celestiales Por eso guarda tu corazón; y no le seas infiel a tu
esposa.
así
como Dios ha perdonado nuestra infidelidad, cada matrimonio debería estar
dispuesto a perdonar y buscar el reconcilio. Dios nos dejó su palabra para
instruirnos y así tener una vida feliz y exitosa en nuestro hogar, él nos
advierte de los peligros que vienen a través del divorcio, pidámosle a Dios que
nos llene de amor, paciencia, perdón, perseverancia y sabiduría para saber lo
que es correcto y que nos de fuerza para enfrentar todo obstáculo recuerda que
un matrimonio feliz y solido es de 3 Dios-hombre y mujer, el secreto está en
poner a Dios en primer lugar en nuestros matrimonios y así evitaremos el gran
pecado del divorcio.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario