viernes, 4 de mayo de 2018

REFLEXIÓN Cápsulas Para el Alma Parábola del mayordomo infiel Lucas 16:1-15

REFLEXIÓN Cápsulas Para el Alma Parábola del mayordomo infiel Lucas 16:1-15


Lucas 16:1-15 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Parábola del mayordomo infiel

16  Dijo también a sus discípulos: Había un hombre rico que tenía un mayordomo, y éste fue acusado ante él como disipador de sus bienes.
Entonces le llamó, y le dijo: ¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás más ser mayordomo.
Entonces el mayordomo dijo para sí: ¿Qué haré? Porque mi amo me quita la mayordomía. Cavar, no puedo; mendigar, me da verg:uenza.
Ya sé lo que haré para que cuando se me quite de la mayordomía, me reciban en sus casas.
Y llamando a cada uno de los deudores de su amo, dijo al primero: ¿Cuánto debes a mi amo?
Él dijo: Cien barriles de aceite. Y le dijo: Toma tu cuenta, siéntate pronto, y escribe cincuenta.
Después dijo a otro: Y tú, ¿cuánto debes? Y él dijo: Cien medidas de trigo. Él le dijo: Toma tu cuenta, y escribe ochenta.
Y alabó el amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente; porque los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz.
Y yo os digo: Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando éstas falten, os reciban en las moradas eternas.
10 El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.
11 Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero?
12 Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro?
13 Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.[a]
14 Y oían también todas estas cosas los fariseos, que eran avaros, y se burlaban de él.
15 Entonces les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación.


Jesús califica al mayordomo como malo, no aprueba su conducta porque, además
de haber hecho una pésima gestión administrativa al reducir las deudas que le tenían había robado para obtener el favor de los deudores.
El mayordomo fue sagaz al preparar su salida de la casa del amo. De tal manera de no quedar en la calle, sino que pudiera ser acogido por las personas beneficiadas por él. Jesús dice que los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz con estas palabras Jesús exhorta a sus discípulos ser más inteligentes y prácticos en la utilización de los dones espirituales, que hagan inversiones comprometidas en la ayuda al prójimo, si hay una buena administración de las cosas materiales, lo habrá con las cosas espirituales.
Así también la fidelidad con el servicio a Dios recibirá recompensa en los cielos. El amo es Dios y el mayordomo somos nosotros a quienes el señor nos ha confiado las riquezas celestiales.
Dios conoce nuestros corazones, no lo podemos engañar porque lo que para los hombres es sublime para Dios es abominación. No podemos tener nuestras miradas en las cosas terrenales porque estas son pasajeras más la palabra de Dios permanece para siempre.
El mayordomo fue infiel porque amo más al dinero que a su amo. Con esta parábola Jesús nos enseña que no podemos servir a dos dioses; no podemos servir a Dios y a las riquezas, el amor al dinero aparta nuestras miradas del reino de los cielos porque no aprendemos a depender de Dios, tampoco seremos humildes y compasivos con los demás. El amor de nuestro Padre Celestial es demasiado grande como para permitir que a sus hijos les falte algo. Si somos fieles a Dios obtendremos bendiciones hasta que sobreabunde.


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